Formación Humana


Formación Humana

El Área de Formación Integral Humana y Religiosa procura el desarrollo de una visión holística de la persona en sus características antropológicas, axiológicas, religiosas y trascendentes. La misma crea el espacio para reflexionar, buscar y proyectar respuestas a las interrogantes que se suscitan sobre la existencia humana.

Su fuente inspiradora es la dignidad inalienable e inviolable de la persona humana. Todo hombre y toda mujer tienen en sí una nobleza que les viene dada por la dignidad de la que están investidas, por ser persona única, creada a imagen y semejanza de Dios.

Se pretende discernir y situar el aporte que lo religioso puede brindar en la construcción de una sociedad democrática y de un ser humano capaz de desarrollar relaciones humanas de calidad y valores tales como la solidaridad, la justicia y el respeto por la vida. El hecho religioso está arraigado en la vida de los pueblos y sus culturas a manera de expresiones, criterios, sentimientos, actitudes y valores. En nuestro caso es el cristianismo el que impregna con sus valores la cultura dominicana.

El Área asume y privilegia como horizonte de su accionar educativo cuatro dimensiones relacionales de la persona al propiciar una relación más profunda y equilibrada consigo mismo/a, con los y las demás, con la naturaleza y con Dios



Campos de conocimientos o disciplinas que la sustentan

La Formación Integral Humana y Religiosa toma su razón de ser y se apoya en diversas ciencias y disciplinas desarrolladas a lo largo de la historia del pensamiento humano: Teología, Filosofía, Historia, Ética, Axiología, Antropología, Pedagogía, Sociología, Ciencias Bíblicas, Psicología y además se relaciona con la Ecología, Psicopedagogía y la Tecnología. Así mismo, otras disciplinas que han reflexionado sobre la persona, han asumido y explicado el fenómeno religioso como parte fundamental del devenir humano y de la cultura universal



Dimensiones relacionales

El Área asume y privilegia como horizonte de su accionar educativo cuatro dimensiones relacionales de la persona que constituyen el fundamento para la formación en valores y actitudes en un mundo en cambio

Dimensión relación consigo mismo, consigo mismaEl ser humano es el único ser capaz de hacerse preguntas, establecer relaciones con el mundo circundante y al mismo tiempo tener conciencia de ello, tomar distancia y vivir desde su específica dimensión subjetiva. Esto es parte esencial de su desarrollo personal y de la responsabilidad con el mundo del que participa.

Dimensión relación con los y las demásEs una impostergable responsabilidad individual y colectiva aprender a convivir y crear las condiciones que favorezcan mejores relaciones de calidad entre las personas. Se procura que el estudiantado aprenda a enfrentar y resolver conflictos interpersonales, a realizar un trabajo colaborativo, a desarrollar la capacidad de organización y a ejercer de manera consciente sus responsabilidades, a defender sus derechos y dar cumplimiento a sus deberes.

Dimensión relación con la naturalezaEsta es una de las dimensiones fundamentales que orientan la práctica de la Formación Integral Humana y Religiosa y de otras Áreas hacia un compromiso de cooperar en iniciativas concretas por el desarrollo sostenible que supere la lógica utilitarista e individualista.

Dimensión apertura a la TrascendenciaEs esencial para esta Área propiciar una relación adecuada de los y las estudiantes con el Dios personal, cercano, revelado en la Biblia como el Dios de amor, cuya Palabra se hace vida en la persona de Jesús de Nazaret, quien comunica a Dios como Padre o Madre que perdona y acoge siempre, que se define como “Camino, Verdad y Vida” cuyos valores y actitudes señalan una propuesta de vida personal y comunitaria

Competencias especificas de la Formación Integral Humana y Religiosa

Las competencias específicas nacen de las cuatro dimensiones relacionales antes mencionadas. Estas se han organizado en dos: Valoración de la vida y la dignidad humana en apertura a la trascendencia y Convivencia fraterna y apertura a la trascendencia. Es de destacar que, aunque separadas por fines pedagógicos para su desarrollo curricular, dichas competencias están estrechamente vinculadas dada la integralidad del ser humano.

Competencia Valoración de la vida y la dignidad humana en apertura a la trascendencia Se pretende que el o la estudiante respete, promueva y defienda la vida y la dignidad humana en todas sus expresiones como valor supremo recibido de Dios y se vincule con el medio social y natural de manera autónoma y responsable. Esta competencia integra las dimensiones de relación consigo mismo, consigo misma, con la naturaleza y con Dios.

Competencia convivencia fraterna y apertura a la trascendenciaSe trata de que el estudiantado construya relaciones de solidaridad y de convivencia armónica con quienes interactúan y promuevan una sociedad justa e incluyente. Establece relaciones respetuosas con el mundo religioso y con el Dios de Jesús revelado en la Biblia. Esta competencia integra las dimensiones de relación con los y las demás y la relación con Dios.