Desde el punto de vista instrumental, la lengua sirve como vehículo para comunicar ideas, sentimientos y emociones y para construir el conocimiento. No obstante, más que un instrumento, la lengua constituye el sistema de interpretación por excelencia que permite al ser humano construir representaciones acerca de sí mismo y de la realidad natural y sociocultural que le circunda, en la medida en que este entra en contacto con múltiples experiencias comunicativas. Por esta razón, conocer la lengua supone no sólo conocer su estructura como código (aspecto formal), sino las relaciones sociales (normas y usos) y las intenciones de los hablantes (estrategias). Resultado: el saber lingüístico debe estar al servicio del uso lingüístico.
El concepto de competencia reviste una crucial importancia en el ámbito educativo en general y en el Área de la Lengua Española en particular. Al proponer el texto como eje vertebrador, se busca que el estudiante domine un género discursivo en particular (tipo de texto) en cada una de las competencias donde este encuentra su realización en los intercambios comunicativos que tienen lugar en la vida cotidiana. Asimismo, la enunciación de los contenidos sigue predominantemente un estilo procedimental con el fin de que, privilegiando el uso significativo de la lengua para realizar tareas sociales, se evite imprimir un sello de tendencia gramaticalista a su enseñanza.
Como ya se ha explicado en el acápite anterior, la lengua permea todas las prácticas sociales que realizan los seres humanos en su desenvolvimiento para resolver necesidades en diferentes ámbitos de la vida. Ser competente en el uso de la lengua significa estar preparados para satisfacer las exigencias comunicativas de los intercambios humanos. Es por esto que el Área de Lengua Española hace un aporte muy significativo al desarrollo de las Competencias Fundamentales
El Área de Lengua Española busca el desarrollo de la competencia comunicativa de los educandos. Por tanto, se trata, no de enseñar al estudiantado saberes gramaticales para que puedan comunicarse, sino de proveer las condiciones necesarias para que los sujetos puedan escuchar y leer comprendiendo el significado de lo que el autor quiere comunicar en el marco de una situación de comunicación. Se trata de que el estudiantado pueda hablar y escribir en variados contextos, con diversas intenciones y dirigiéndose a distintos destinatarios. Es así como los saberes gramaticales quedan subordinados a los usos que hacemos de la lengua en contextos de la vida social y personal.